Tras idas y vueltas, y una amenaza de “faltazo”, los principales representantes de Juntos por el Cambio finalmente se reunieron vía teleconferencia con el presidente, Alberto Fernández, que estuvo acompañado por el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa; el jefe del oficialismo en esa cámara, Máximo Kirchner; el jefe de la bancada de senadores, José Mayans; la senadora Anabel Fernández Sagasti, muy cercana a Cristina, y el secretario de Relaciones Parlamentarias, el “Chino” Fernando Navarro.

La reunión tenía como principal objetivo presentar la ley de moratoria y de ampliación presupuestaria, la nueva oferta a los bonistas con legislación local y la agenda postpandemia. Pero luego se sumaron debates por los últimos cruces y el reparto de fondos a las provincias.

Tras una recepción de Massa, los senadores reprocharon la imposibilidad de acordar temarios con Cristina Kirchner, que no quiso participar. “Esta tensión social necesita recuperar los espacios de confianza, reconstruir el diálogo y articular proyectos de manera conjunta, a pesar de las diferencias. La crisis requiere de mucho sentido común”, planteó el radical Luis Naidenoff, jefe de Cambiemos en esa Cámara.

El jefe del bloque de senadores de Juntos por el Cambio, reclamó también un “funcionamiento armónico” del Congreso, una manera de deslizar el malestar opositor por las tensiones políticas surgidas en el Senado.

Por su parte, Mario Negri, presidente del interbloque de diputados, pidió que se respete la “división de poderes”, en alusión al caso Vicentin, considerado por la oposición como una injerencia en el Poder Judicial. “Cada uno debe hacerse cargo del pasado que tiene, esa es la única forma de dejar la tensión permanente y evitar el default político”, dijo, en el cierre de la intervención de Juntos por el Cambio.

Alberto Fernández, el último en hablar, les reprochó el documento que publicó la oposición después del asesinato de Fabián Gutiérrez, exsecretario de Cristina Kirchner . “No se puede confiar si alguien muere y en un momento se convierte en una víctima de mi vicepresidente. Es difícil construir confianza desde allí. Y una mañana me levanto y me atribuyen estas cosas. Se construye sin hipocresías y honestamente. Me dolió vivir eso esa semana. Respetémonos. En política no todo vale. Somos seres humanos”.

Desde la Quinta de Olivos, Fernández lanzó otro comentario contra parte de la oposición de Juntos por el Cambio, desde donde algunos representantes motivaron las protestas contra el Gobierno Nacional. “Tengo para recuperar la confianza, pero no podemos dejar pasar de largo que hay sectores de la oposición que dicen que los tenemos encarcelados. Tienen mil formas de protestar, no hace falta exponer a nuestro pueblo. Cada marcha hizo que suban los casos”, sostuvo, sobre las manifestaciones del jueves pasado .

Por otra parte, el jefe de Estado respondió también la acusación sobre discriminación en el reparto de fondos. Días atrás, desde la oposición denunciaron que la provincia de Buenos Aires, comandada por Axel Kicillof, recibió más de la mitad de los fondos repartidos por el Gobierno Nacional. Según había denunciado el diputado nacional chubutense Gustavo Menna que Kicillof recibió 52.50% de las transferencias discrecionales “mientras que ninguno de los restantes Estados recibió más del 5%”. Calcula que obtuvo $ 83.660 millones  de los $ 159.297 millones transferidos, seguida por Córdoba, con sólo $ 9.306 millones, un 5,8%.

Al respecto, Alberto se defendió este lunes: “Dimos 120.000 millones a las provincias. No las dejamos solas. Mendoza recibió 16.000 millones de pesos. Queremos que Mendoza no se vaya”, le dedicó a Cornejo, y enseguida destacó la relación que tiene con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y con el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales. “No es justo que digan que no les prestamos atención”, afirmó. A Negri lo llamó “mi amigo cordobés”.