Y este axioma lo demuestra con hechos. Y es que esta anciana de avanzada edad se mudó a una residencia de Liverpool para cuidar de su hijo Tom, de 80 años.
Tom necesita unos cuidados especiales y mucha atención y ella ya no se los podía dar en casa, por ello ingresó en 2016 en un residencia.
Pero Ada sólo aguantó unos meses sin Tom en su casa.
Madre e hijo son inseparables y les encanta pasar tiempo juntos.
Ella es viuda y él nunca se casó y vivió siempre en el hogar familiar.
Es tal el vínculo que les une que Ada no ha dudado en mudarse a la residencia de Moss View, en Liverpool, para estar al lado de su hijo, según informa el Liverpool Echo .
“Todos los días voy a la habitación de Tom a darle los buenos días y las buenas noches. Cuando salgo a la peluquería, él está pendiente de mi regreso y cuando vuelvo me recibe siempre con los brazos abiertos para darme un abrazo. No importa la edad, nunca dejas de ser mamá”, defiende Ada.
Tom está encantado de tener a Ada de vecina.
“Estoy feliz de ver a mi madre todos los días ahora que ella vive aquí. Ella es muy buena cuidando de mí”.
A pesar de la edad de Tom, Ada todavía le reta y le llama la atención cuando lo cree necesario.
Ada y Harry, su difunto esposo. tuvieron cuatro hijos: Tom, Barbara, Margi y Janet, que murió cuando tenía 13 años.
Debi Higham, nieta de Ada, y otros miembros de la familia visitan a Tom y Ada a menudo y dicen que la familia está feliz de que ambos puedan volver a estar juntos.
“Es muy conmovedor ver la relación que tiene Tom y Ada, y estamos muy contentos de haber podido satisfacer sus necesidades”, explica Philip Daniels, uno de los cuidadores de la residencia..