El comunicado del sábado por la tarde de Juntos por el Cambio sobre el asesinato de Fabián Gutiérrez, el ex secretario de Cristina Kirchner, calificado a horas del hallazgo del cuerpo por la coalición opositora como un “crimen de extrema gravedad institucional”, fue la gota que rebasó el vaso.

Tal como anticipó este medio el domingo, la interna del PRO, atada con alambres por las diferentes visiones internas, detonó una vez que la declaración se hizo pública con acusaciones cruzadas y con Patricia Bullrich como principal destinataria: intendentes del Gran Buenos Aires, legisladores nacionales, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal le hicieron saber a la ex ministra el enorme descontento por lo que, según confiaron, decidió en forma inconsulta en torno al tenor del comunicado.

Rodríguez Larreta y Vidal aprovecharon entonces para instrumentar lo que hace meses reclamaban desde el sector “dialoguista”: la creación de la Mesa Ejecutiva del partido para “la toma de decisiones en un ámbito más expeditivo”. Es decir, le sacaron a la presidenta del PRO el protagonismo excluyente. Un paso que golpea además al ex presidente Mauricio Macri, recostado en estos meses en la ex ministra.

Este martes, Bullrich, Jorge Macri -en representación de los intendentes del Gran Buenos Aires- y Diego Santilli acordaron la puesta en marcha de la mesa. Fue a través de una videollamada de WhatsApp que se prolongó por 30 minutos. “Quedaron en que Patricia comunicaba la decisión al consejo del partido y en avanzar en una agenda común, y realizar próximamente un encuentro para definir lineamientos generales”, trascendió de fuentes partidarias.

Entre el domingo y ayer se sucedieron una serie de encuentros virtuales, motorizados en buena medida por el jefe de Gobierno y los intendentes -Macri y Néstor Grindetti, de Lanús, a la cabeza-, en los que sobrevoló la furia por la declaración conjunta del sábado con la UCR y la Coalición Cívica sobre el crimen del ex secretario de la vicepresidenta, fuertemente cuestionado por el Gobierno por el “uso político” del asesinato.

El ala “moderada” del PRO aprovechó el episodio: dejó trascender el enojo y buscó capitalizarlo para darle forma a la creación de la mesa ejecutiva, que hace rato era reclamada por ese sector, disconforme con la posición que el partido tomó en los últimos meses, atravesados mayoritariamente por la crisis en torno a la pandemia.

Bullrich es la principal exponente del ala “dura”, referenciada en Macri, que mañana volverá a aparecer en público tras cuatro meses de silencio, y acompañada, por ejemplo, por Miguel Ángel Pichetto. Según el otro sector, la ex ministra se “cortó sola” y consensuó con la UCR y la CC el comunicado de la discordia cuando aún no tenía la aprobación del resto de los dirigentes. Incluso el domingo, en el canal América, el ex funcionario Hernán Iglesias Illa, identificado con el ex mandatario y el bando más radical del PRO, resaltó que la declaración pública era de su autoría.

Fue el último capítulo de una serie de discusiones internas que, tarde o temprano, detonarían.

En las últimas horas, Rodríguez Larreta, como uno de los principales promotores, buscó equilibrar la toma de decisiones y que se contengan a todos los sectores. Ayer, le dedicó al tema el mismo tiempo que al análisis de la crisis por el coronavirus, en vísperas de la definición que deberá tomar sobre la nueva etapa de la cuarentena.

La flamante mesa ejecutiva tiene nueve integrantesBullrich, el diputado Federico Angelini -vicepresidente del PRO y referente de Santa Fe-, la senadora cordobesa Laura Rodríguez Machado -vicepresidenta segunda del partido-, Eduardo Machiavelli Santilli -representantes del jefe de Gobierno-, el intendente Macri -titular del PRO bonaerense-, el diputado Cristian Ritondo -jefe del bloque en la Cámara baja-, el diputado Omar De Marchi -presidente del PRO mendocino- y Fernando de Andreis, el ex secretario General de la Presidencia que hace meses está recluido en su campo de Balcarce y que sigue al lado de Macri.