Sus instintos poco convencionales le han llevado a ir alternando éxitos con películas que se quedan muy bajo el radar, teniendo que esperar varios años para ser redescubiertas como obras de culto. Es un poco lo que hace especial a Steven Soderbergh como director, que puede abordar cuestiones realmente acuciantes del mundo real de una manera inusual como en ‘Efectos secundarios’.

Leerse el prospecto

Soderbergh volvió a colaborar con el guionista Scott Z. Burns, con quien realizó ese hit tardío que fue ‘Contagio’, para explorar la medicina psiquiátrica experimental y la farmacología. Rooney Mara, Channing Tatum y Jude Law protagonizan este angustioso thriller que se puede ver en Netflix por tiempo limitado, ya que el 31 de mayo es el último día que seguirá en el catálogo.

Después de cumplir una pena de prisión de cuatro años, el marido de Emily va a salir de la cárcel, algo que parece inquietarla profundamente dado que al poco tiempo sufre un accidente con signos de intento de suicidio. Una pareja de psiquiatras decide recetarle un fármaco experimental, viendo que ningún antidepresivo funciona, pero esta nueva droga presentará efectos adversos inesperados.

Si en ‘Contagio’ esta pareja de cienastas fue capaz de indagar en la posible respuesta global ante un fenómeno como una pandemia, aquí se explora otra crisis desde algo mucho más concreto. El complejo industrial de la farmacología se convierte en su siguiente obsesión, mientras intentan elaborar una historia con menos personajes, más al grano.

Es difícil saber si les hubiera funcionado mejor el enfoque más global y poliédrico para mostrar el potencial peligro de un problema que, al final, queda algo difuminado. Las decisiones narrativas y visuales de Soderbergh intentan deformar las expectativas del espectador, siendo aquí quizá menos efectivas que en algunos de sus thrillers recientes.

Aun así intenta tender una mano a la audiencia con una serie de giros y sorpresas narrativas de impacto, y también con la exploración de la perspectiva torturada del personaje de Rooney Mara. Hay suficiente para tener una sensación de entretenimiento, aunque es cierto que con todos sus ingredientes podría haber dado para mucho más.

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