De la posible pesificación de tarifas a la alternativa de un blindaje que lo proteja de todos los males que acechan al resto de la economía, el sector petrolero vive, igual que todos los demás, días de extrema incertidumbre. Claro que, a diferencia de todos los demás, tienen con Vaca Muerta una carta fuerte que podría salvar a todo el resto. Para eso, es sabido, se requiere un altísimo nivel de inversión permanente, superior a los USD 20.000 millones al año.

Esa cifra mágica que permitiría no sólo reactivarla –hoy registra una caída de actividad mayor al 50% respecto del récord de agosto– sino convertirla en la gallina de los huevos de oro para las cuentas públicas y la economía nacional. Pero para eso, previsiblemente, los empresarios del sector reclaman incentivos, beneficios y garantías. Dicho de otro modo, piden estabilidad y mejoras impositivas, precios en dólares y abogan por un sistema que exima a las compañías de las restricciones cambiarias. Sólo de este modo, afirman, se podrían alcanzar niveles de competitividad suficientes respecto de Estados Unidos y Canadá, los principales países competidores en hidrocarburos no convencionales.

En esa línea se expresaron, al menos, cuatro hombres clave de la industria como Juan Martín Bulgheroni, de PAE, el CEO de Shell Sean Rooney, su par de de Exxon Mobile Daniel de Nigris y Alberto Laverán, country manager de Dow. Fue durante una jornada pública el viernes pasado en la que tanto las próximas medidas para el sector como los hombres y mujeres que serían designados para implementarlas ocuparon las discusiones arriba y abajo del escenario.

Muchas de las medidas que reclaman, sino todas, están contempladas en varios de los proyectos para potenciar Vaca Muerta que llegaron a manos del presidente electo Alberto Fernández. Sin embargo, el debate no parece saldado y subsisten las dudas en torno al nuevo marco regulatorio que el próximo gobierno enviaría al Congreso entre sus primeros proyectos.

En ese sentido, Bulgheroni remarcó la necesidad de “un marco regulatorio que promueva la exportación”, y remarcó el enorme potencial de contar con seis veces la cantidad de gas que consumiría el país en los próximos 20 años. “El paradigma ya no es exportar el excedente sino producir para exportar. Para eso necesitamos desarrollar compradores y desarrollar confianza su confianza en que vamos a poder cumplir los contratos en esos 20 años. Como industria necesitamos la certeza de que vamos a poder exportar”, insistió en el evento que organizó la revista Forbes.

Cauteloso, también se refirió a la crítica cuestión de los precios: “Si el precio lo permite, se desarrollará más. Sino, menos”, advirtió, al tiempo que puso la lupa sobre los costos e incentivos. “Los productores de Estados Unidos, tiene beneficios fiscales. Nosotros deberemos evaluar cómo tener algún tipo de competitividad similar a lo que ofrece Estados Unidos”, afirmó.