Según informaron autoridades españolas y de acuerdo con la Ley de Costas, esta nueva “porción” de tierra de 50 metros de altura pertenece al dominio público porque se ha formado por causas naturales. Cuando acabe la erupción del volcán se deberá modificar el mapa de la costa de la isla en ese punto, explicaron desde el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).

La noticia se conoció tras sortear el momento donde los expertos advertían sobre posibles explosiones, nubes tóxicas u olas de agua hirviendo.

Aunque la columna de vapor de agua y gases posiblemente tóxicos sólo afecta hasta ahora a la zona donde se ha producido el contacto entre el agua y la lava, el confinamiento de los vecinos de San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y La Condesa va a mantenerse hasta que se confirme que no existe riesgo para ellos.

Este miércoles ha vuelto a aterrizar un avión en La Palma tras la suspensión de vuelos por la nube de cenizas y se espera que en las próximas horas el aeropuerto recupere la normalidad.

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El portavoz del Comité Director del Pevolca, Rubén Fernández, manifestó este miércoles que se va a permitir de nuevo el regreso de personas para el retiro de pertenencias, pero siempre fuera del perímetro de exclusión de 2 kilómetros respecto al volcán.

Si las condiciones lo permiten, a partir de mañana también será posible que los agricultores de las comunidades de regantes que están fuera de ese perímetro de seguridad puedan acceder a sus fincas para regar sus plantaciones.

La erupción del Cumbre Vieja no ha dejado víctimas por el momento, pero provocó graves daños materiales y forzó la evacuación de más de 6.000 personas. Además, alrededor del 15% de la cosecha de plátanos de la isla podría estar en peligro, poniendo en peligro miles de puestos de trabajo.

Desde el 19 de septiembre, la lava negra ha descendido lentamente por el flanco occidental del volcán hacia el mar, destruyendo más de 500 casas, así como iglesias, según el programa de seguimiento de catástrofes Copérnico de la Unión Europea.

La Palma, con más de 83.000 habitantes, forma parte del archipiélago de las Islas Canarias. Y las dos erupciones precedentes en la localidad tuvieron lugar en 1949 y 1971, provocando la muerte de tres personas en total, dos de ellas por inhalación de gases.