«Hay un entendimiento general de que necesitamos seguir la evolución del barril de petróleo crudo, pero también tenemos dificultades para trasladar esos precios internacionales al surtidor de una manera rápida», explicaron Alejandro Lew, director financiero de YPF, y Sergio Affronti, su CEO.

«Por supuesto que sí resultaríamos afectados si hay una devaluación significativa. Siempre estamos sujetos a que eso pase. Y, por supuesto, en el largo plazo se ha demostrado que los precios tienden a estar correlacionados bastante bien y se mantienen ciertos márgenes en dólares. Cuando los precios internacionales suben y hay que atravesar una devaluación significativa de la moneda, hay cierta distancia hasta que se pueda ajustar a los precios del surtidor», indicaron los encargados de las relaciones con inversores.

Todas las petroleras están recibiendo menos plata de la que deberían cobrar por su crudo, pero balancean esos menores ingresos con exportaciones. Los precios que pagan los refinadores (los que transforman el petróleo en combustibles) no alcanzan, pero las exportaciones ayudan a compensar la situación.

«Al capturar los beneficios de las exportaciones de nuestra producción, compensamos un poco el menor precio doméstico», detallaron en YPF.

«Estamos en un diálogo razonable con el Gobierno y buscamos acuerdos para continuar avanzando durante el año, que es claramente dificultoso en el entorno macroeconómico», agregaron.

YPF tuvo ingresos por US$ 2.648 millones en el primer  trimestre del año, por lo que aún está por debajo de su facturación en el mismo período de 2020, cuando reunió US$ 2.832 millones.

La petrolera de mayoría estatal anotó una pérdida de US$ 25 millones. En el primer trimestre de 2020, había obtenido una ganancia de US$ 100 millones en ese apartado. El resultado operativo fue positivo en US$ 78 millones, pero es un tercio de los US$ 241 millones que tuvo en 2020.