Cuando el pasado 2017, en plena vorágine de secuelas tardías que, para ser honestos, parece lejos de remitir, se estrenó ‘Jumanji: Bienvenidos a la jungla’, mi escepticismo no pudo ser mayor. Pero, sorprendentemente, donde tan sólo esperaba ver una explotación oportunista del clásico de Joe Johnston, encontré una encantadora actualización desbordante de virtudes.
Más allá de repetir patrones y regresar al tablero y los dados del filme de 1995, Jake Kasdan optó por darle un lavado de cara, adaptándolo a los tiempos actuales y trasladando el lenguaje y mecanismos propios del videojuego a una aventura con alma clasicista, impulsada por un sentido del humor y, sobre todo, por un reparto entregado al cien por cien al proyecto.
En ‘Siguiente nivel’, secuela directa de ‘Bienvenidos a la jungla’, el realizador de Detroit sí ha optado por el continuismo, edificando un nuevo relato sobre las bases de su predecesora —tanto las positivas como las menos acertadas— y brindando otro entretenimiento de primera con las suficientes novedades para, como sugiere el título, empujar la franquicia un paso más allá.
Jumanji 2.5
A modo de paralelismo con ese mal endémico del mundo del videojuego que es el contenido descargable, ‘Jumanji: Siguiente nivel’ bien podría catalogarse como un DLC de ‘Bienvenidos a la jungla’. Una simple y llana expansión con la que adentrarnos en una hazaña que reincide en objetivos y estructura, en personajes principales, en tono y en el poso que deja en el paladar durante su desarrollo.
Pero, al igual que sucede con los mejores juegos, volver a recorrer terrenos plenamente satisfactorios no tiene por qué tener connotaciones negativas. Especialmente cuando el deja-vu se salpimenta como en el caso que nos ocupa, ampliando el plantel protagonista, añadiendo un extra de autoconsciencia al conjunto, y tirando la casa por la ventana con un diseño de producción en el que hay cabida tanto para la fantasía medieval de ‘Juego de tronos’ como para la demencia postapocalíptica de ‘Mad Max’.
Donde no ha habido el más mínimo atisbo de innovación —ni falta que hace— ha sido en las grandes enseñas de esta nueva etapa de ‘Jumanji’, especialmente en lo que respecta a un plantel cuya química y vis cómica continúa llevando el largo en volandas. Incorporaciones aparte, Dwayne Johnson, Kevin Hart, Jack Black y Karen Gillan vuelven a alzarse como un cuarteto a prueba de bombas que justifica lo excesivamente dilatado de algunos pasajes.
El tratamiento de la acción permanece igualmente inalterable, entregándose una vez más al espectáculo CGI saturado de estímulos y estancado en cuanto a creatividad respecta —las avalanchas de animales digitales siguen estando a la orden del día—; último ingrediente en un cóctel que no teme entregarse a públicos de todas las edades y que encuentra su mejor baza en un delicioso aumento del componente emocional.
Y es que, gracias al el tremendo corazón que rebosan la subtrama e interpretaciones de Danny DeVito y Danny Glover —probablemente, lo mejor de la película— y al cálido discurso sobre la maduración y el envejecimiento que apuntala la narrativa, ‘Jumanji: Siguiente nivel’ logra despuntar levemente sobre el anterior capítulo.
En varias escenas de ‘Siguiente nivel’, el personaje de Danny DeVito deja bien claro que “envejecer es un asco”; pero mientras nos queden largometrajes como este, capaces de hacerte disfrutar como un crío durante un par de horas con tantísima ligereza, agilidad y buen humor, será un placer ir cargando años a la espalda. Puede que no perdure en la memoria, pero revela la mejor cara del escapismo cinematográfico sin pretensiones.