Este método consiste en producir la sensación de congelación en la zona genital y de esa forma, aumenta el nivel de endorfinas y rejuvenece esa región.

Para llevar a cabo la técnica, se rocía un vapor a -160 grados en un tanque de nitrógeno líquido en los genitales, lo que provoca el descenso de la temperatura en esa zona.

Esto provoca no sólo un aumento del deseo sexual a través del incremento del nivel de endorfinas sino que también hace que los genitales tengan un aspecto más juvenil debido a que reciben un mayor flujo sanguíneo, lo que estimula la producción de colágeno y elastina.

El método puede realizarse en un spa con personal especializado en sesiones de 30 minutos con un costo de 58 euros, es decir, casi 3.700 pesos argentinos; y la técnica puede aplicarse tanto para hombres como mujeres.

Si bien es cierto que este tratamiento no es perjudicial para la salud, ningún estudio pudo evaluar aún si la técnica no ocasiona daños en la zona íntima a largo plazo.