Fueron grandes pioneras de movimientos políticos y de decisiones. Ellas, las mujeres de antaño nos dejaron las puertas abiertas para ingresar al mundo a la par de los hombres. Ni atrás, ni adelante. A la par.
Ese grito silencioso pudo salir de su enredo el 23 de septiembre de 1947 cuando por fin, y tras años de luchas de las mujeres y de algunos hombres, el voto femenino en Argentina tuvo su promulgación.
Desde ese momento, votamos en la política y nuestra voz se hizo fuerte y clara.
Pero luego a lo largo de la historia fueron necesarias muchas otras luchadoras para que nosotras hoy podamos participar en la elección de nuestrxs representantes a través del sufragio. Fueron necesarias mujeres como #Alicia Moreau, #Sara Justo, #Julieta Lanteri, #Elvira Rawson y #Eva Perón, entre muchas otras mujeres decididas que buscaron este protagonismo a través de la representación civil.
Hoy no se nos priva de una representación, ni de votar, ni de ser elegidas.
Pero en la actualidad, las Mujeres que se desenvuelven en política pagan altos costos para sostener su presencia en dichas esferas lo que a su vez impacta en las relaciones que se establecen al interior de sus familias y sus comunidades.
La mayor visibilidad de la violencia política contra las mujeres se vincula al aumento de su participación, en particular en los cargos de representación política que a su vez es consecuencia de la aplicación de cuotas de género y de la denominada paridad de género, medidas que fueron adoptadas por un número importante de países de las Américas.
Aún seguimos luchando contra la falta de visibilidad, los escasos recursos económicos y el no ser consultadas al momento de la toma de decisiones, porque en política aún queda un largo camino por recorrer para poder romper esos techos de cristal.