El nacimiento de un hermano es un acontecimiento que suele generar celos y rivalidad entre los niños de una familia.

Durante el embarazo una de las dudas que puede surgir es cuándo comunicar la noticia al que se convertirá en hermano mayor.

Parece que hacerlo a partir del tercer mes de embarazo es bastante acertado. El embarazo ya está “consolidado” y siempre es mejor que se entere por los propios padres que por comentarios que oiga a su alrededor.

Comunicar esta noticia debe ser siempre en tono positivo y con un lenguaje adaptado a su edad.

Para favorecer la buena acogida del hermano, una buena medida es hacerle participar en los preparativos.

¡Los padres más atrevidos le dejan escoger el nombre! Si sois más “prudentes”, le pediréis ayuda con la ropita, eligiendo colores y juguetes, etc.

  • Cuando se va acercando el momento del nacimiento, es bueno adelantarle los acontecimientos: qué pasará, con quién se quedará cuando mamá esté de parto y cuál será la nueva dinámica del hogar a la vuelta con las necesidades “exigentes” de un recién nacido.
  • Durante todo el embarazo los mensajes deben ser positivos para reforzar el sentimiento de ganancia.
  • Con el recién nacido en casa, sigue siendo interesante hacerle participar en algunas rutinas (baños, cambios de pañal). El padre puede adoptar un nuevo protagonismo con el mayor mientras la madre se encarga más del pequeño.

Si eres visitante o familiar, evita los comentarios del tipo “ahora tendrás que portarte mejor” y ten siempre unas palabras para él, como si fuera en realidad el protagonista.

Que los niños muestren sentimientos contradictorios es habitual y no debe preocupar en líneas generales. Debemos ayudarle a expresarse y no recriminar sus sentimientos hacia el nuevo bebé, aunque no sean tan “amables” como nos gustaría, todo llegará.

En ocasiones la frustración pueden emplearla contra los padres, especialmente contra la madre. Son amorosos con el bebé, pero con los adultos expresan su malestar. Intentar tener tiempo a solas con él y ayudar a canalizar positivamente la sensación de pérdida siempre suele llevar a buen puerto.

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