Acusado de al menos cinco abusos sexuales contra niños y adolescentes, el sacerdote Eduardo Lorenzo se suicidó de un disparo en un inmueble de la calle 4, entre 49 y 50 de La Plata, en donde está la oficina de Cáritas donde residía.

El parte policial detalló que el cuerpo del cura «fue encontrado tendido en el suelo, con posibles manchas hemáticas y, a un costado, un arma de fuego». Personal de la UFI 1 a cargo de Ana Medina, llegó al lugar junto a efectivos policiales para constatar los detalles del hecho.

La jueza Marcela Garmendia había librado este lunes una orden de detención contra el sacerdote por los cinco casos de abusos, pero un recurso de eximición de prisión presentado por su defensa evitó su arresto lo que fue calificado como «un escándalo» por el abogado querellante Juan Pablo Gallego.

El recurso había sido rechazado en primera instancia por la jueza pero la defensa del sacerdote apeló a la Cámara por lo que no se había resuelto aún la detención. Gallego dijo que «es un final propiciado por la inercia y la complicidad judicial. Hace más de una semana la jueza Garmendia tenía la pericia que la obligaba a detenerlo».