En medio de una gran expectativa, la Justicia brasileña autorizó esta tarde la liberación del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva, encarcelado desde el 7 de abril del año pasado por corrupción y lavado de dinero en el marco de la Operación Lava Jato y fue condenado con una pena a ocho años y diez meses de cárcel.

Este año, el sitio The Intercept reveló que el entonces magistrado -actualmente ministro de Justicia de Jair Bolsonaro-, mantuvo comunicaciones indebidas con los fiscales de la Lava Jato que acusaron a Lula.

El juez Danilo Pereira Jr., del 12º Tribunal Criminal Federal de Curitiba, aceptó el pedido de los abogados del exmandatario (2003-2010) para que abandone su celda en la Superintendencia de la Policía Federal de la capital de Paraná.

La solicitud había sido presentada esta mañana, luego de que anoche el Supremo Tribunal Federal (STF), en Brasilia, aprobó anoche por seis votos contra cinco cambiar su jurisprudencia hasta ahora que permitía que los condenados en segunda instancia empezaran a cumplir sus penas de prisión.

Ahora la defensa de Lula intentará anular todo el proceso mediante una apelación al STF que tiene como fundamento la cuestionada imparcialidad de Moro.

Anoche La noticia repercutió rápidamente en la política local y el presidente electo Alberto Fernández como otros dirigentes del Frente de Todos salieron a celebrarlo y a pedir la inmediata liberación de Lula. Muchos, como el presidente del PJ José Luis Gioja, pidieron que se haga presente en la asunción presidencial del 10 de diciembre.