Luego que el Gobierno derogara la resolución firmada por él para establecer la actualización del protocolo sobre interrupción legal del embarazo, a través del Boletín Oficial, produjo reacciones internas dentro del propio oficialismo. Diputados salientes y electos de Cambiemos se manifestaron al respecto en contra y hasta produjo la renuncia indeclinable del secretario de Salud Adolfo Rubinstein.

El macrista Daniel Lipovetzky, quien dejará el Parlamento el próximo 10 de diciembre y fue una de las voces más importantes del debate por la despenalización y legalización del aborto, consideró que esta medida “atrasa 100 años”

Adolfo Rubinstein por su parte presentó este viernes su “renuncia indeclinable”, y tras agradecerle al presidente Mauricio Macri por la “oportunidad” y la “confianza”, el exfuncionario hizo su descargo y aseguró que esta herramienta “se trata de una guía de actuación destinada a los médicos y los equipos de salud para darles certezas y protección en la realización de los procedimientos que deben realizar para garantizar los derechos consagrados en nuestro Código Penal y refrendados por el fallo F.A.L. de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”.

Rubinstein justificó que la actualización del aborto no punible “respondió a la necesidad de actualizar la normativa adaptándola al Código Civil y Comercial de 2015 y la Resolución 65/2015”, además de adecuaciones en base a recomendaciones internacionales.

Lamentó que la decisión haya tenido “una repercusión política indeseada que terminó mezclando las causales de interrupción legal con el debate sobre interrupción voluntaria del embarazo (IVE) que se dio en el Congreso de la Nación el año pasado”.

“Este protocolo tiene que ver con la aplicación de garantías y derechos ya consagrados por las leyes en nuestro país”, enfatizó. Y sentenció “Lamentablemente, la derogación del protocolo en el día de la fecha, me obliga a renunciar indeclinablemente a mi cargo”.

Agradeció a su equipo y finalizó: “Estoy convencido, que a pesar de muchas limitaciones personales y de contexto, de las luces y las sombras de mi gestión, traté de dar lo mejor de mí para jerarquizar la salud pública, manteniendo en alto y con orgullo el significado del servicio a las personas para brindar un mejor sistema de salud y para que el lugar en el que nacemos, vivimos o trabajamos, nuestro género o nuestra condición socioeconómica, no sigan siendo factores que influyen en la probabilidad de enfermar o morir”.