DEPORTE Y NOSTALGIA
De chico jugó al fútbol en los “potreros” de barrio, pero nunca hizo las divisiones inferiores de un club. Hijo de una familia numerosa y humilde, fue canillita y lustrabotas. A los 17 años debutó directamente en primera división y en ese año jugó en tres clubes diferentes. Fue un “10” talentoso que brilló en San Lorenzo de Alem y en cuanto club que lo llevó de refuerzo, ya sea en Catamarca, Tucumán y Jujuy. Luis Alberto “Pichi” Luján es nada menos que un símbolo del fútbol de una época en la provincia. Fue múltiple campeón local y regional. Reconocido por todos, siempre se destacó por su temperamento y también por sus picardías.

Amigo de la noche, era enemigo de los entrenamientos y el trabajo físico. Pero cuando ingresaba al campo de juego, se transformaba y se convertía en la figura de la cancha.

Debut y goleador

Como se destacaba en los picados, otros “próceres” del fútbol contemporáneo de aquel tiempo, como el “Mono” Rodas, “Chirola” Dumitru y “Rata” Molina fueron a la casa de su padre para convencerlo de que firme la autorización y pueda incorporarse por ese entonces a Deportivo Argentino, una fusión entre el desaparecido club Unión y Chacarita. “Eso fue una tarde, hasta que por fin mi viejo puso la firma. Y esa noche debuté en el equipo frente a Defensores del Norte. Recuerdo que ganamos 7 a 2 y convertí tres goles. Ese equipo se consagró campeón porque tenía un plantel de lujo. Estaban el ‘Ancuero’ Nieva, Rodas, Molina, ‘Chirola’, ‘Tronco’ Cerezo, Víctor Rodríguez y ‘Cata’ Dumitru, entre otros”. Ese año jugó en tres clubes, dos de Catamarca y uno de Tucumán. “El doctor Julio Jalil me llevó a San Lorenzo de Alem, donde armó un gran equipo con Víctor Jalil, Félix ‘Quirquincho’
Echeverría, Rodas, Heredia y también salimos campeones. De allí pasé a Sportivo Guzmán, de Tucumán”.

La primera fuga

Luján cuenta la historia que antes de su debut en un club de Catamarca, estuvo en la mira de Banfield, de Buenos Aires. “Yo no sabía que ‘Lucho’ Toloza me había visto jugar en el parque Adán Quiroga y me recomendó. Se pusieron en contacto con Jorge Roldán, que vivía a la vuelta de mi casa y jugaba de ‘5’ en Sarmiento. Entonces me habla y me dice que teníamos que ir a Casa de Gobierno, porque íbamos a conversar con un tal Trezza, que tenía una empresa y contactos con Banfield. El asunto es que vamos y mientras estábamos esperando que nos atienda, la persona que nos recibió comenzó a comentar que había que viajar a Buenos Aires en avión. Cuando escuché eso, me levanté y salí lo más rápido posible. Los dejé plantado y ni lo vi a Trezza. No sé porque, pero siempre le tuve un miedo bárbaro a los aviones”.

Sus rivales

Tuvo la oportunidad de ir a jugar en diferentes clubes del interior del país y hasta del exterior. Belgrano de Córdoba, Talleres y el Emelec de Ecuador se interesaron en sus servicios. Sin embargo, su rebeldía, falta de responsabilidad y los ‘rivales’ internos no lo dejaron emigrar.

“Debo reconocer que mis eternos rivales fueron la noche, los entrenamientos y los aviones. A mí me gustaba salir a bailar, divertirme. Por lo tanto, era enemigo de los entrenamientos. Pero los técnicos que me conocían, me aguantaban. Sabían que a la hora de salir a la cancha, siempre respondía y entregaba todo. Una vez estaba compartiendo unas bebidas con mi primo, ‘Pepe’ Luján en el bar de la vieja Terminal de Ómnibus. Por un largo rato vimos a dos tipos vestidos de traje que iban y venían por la vereda del frente. Hasta que finalmente cruzamos la avenida Güemes y nos topamos con los hombres. ‘Buscamos a un tal Alberto Luján’-dijeron.

Venimos de Emelec de Ecuador por recomendación de ‘Pucho’ Reinoso’. Abrieron un maletín y estaba lleno de dólares. Querían que firme un contrato y me vuelva con ellos a Ecuador. Me dijeron que ya habían hablado con Julio Jalil y estaba todo arreglado. ¿Pero cómo había que viajar a Ecuador? En avión. Allí nomás me tomé el ‘raje’ y no quise saber nada. Julio me quería matar cuando se enteró de lo que hice. Pero bueno, más allá que desperdicié oportunidades, no me arrepiento de nada”, reconoce.

Su trayectoria

En Catamarca jugó en Deportivo Argentino y San Lorenzo de Alem. Fue campeón en varias oportunidades y reforzó los planteles de todos los equipos de Catamarca que participaron en los torneos regionales de los 80. También vistió los colores de Sportivo Guzmán y Deportivo Aguilares de Tucumán. Se dio el gusto de jugar a la par de ’Lucho’ Brizuela y ‘Chichilo’ Naranjo, su ídolo. Pese a su falta de contracción al trabajo en la semana, su personalidad dentro del campo de juego fue tal que en todos los equipos que jugó, siempre llevó la cinta de capitán. “Otro que fue como un padre para mí, fue el ‘Bocha’ Peralta, que me llevó a Ledesma, en Jujuy, para jugar en el club Arrieta. También salimos campeones, pero cada dos por tres me escapaba y me volvía a Catamarca.

Pobre ‘Bocha’, él siempre me buscaba. Una vez desaparecí cuatro días de las prácticas y aparecí el día del partido. Los dirigentes se querían matar. Vino un preparador físico que nos exigía mucho y andaba de punta conmigo. Un día le dije: ‘Jefe, usted quiere jugadores o maratonistas’. Y el “Bocha” siempre salía en defensa mía. Hasta que en un partido ganamos 2 a 0 y fui la figura. El tipo quedó impresionado. Tanto es así que me llevó a su casa y le dijo a su esposa: “Este es el jugador que te hablé, un caso único” Después abrió la heladera y me había comprado seis cervezas”.

El cierre

Después de tremendo derrotero, volvió a Catamarca para integrar el plantel de Sarmiento, que se había conformado completamente con jugadores locales y era sensación. “Hicimos una gran campaña hasta que perdimos en los penales contra Gimnasia de Jujuy, que después clasificó al torneo Nacional. Ese partido no jugué. Pasaron cosas raras en esa ocasión. Fui al banco y no entré. Perdimos y ya todo es historia. Mi última campaña fue con Omos y Aguilera de Belén, en un torneo Regional, donde fui de refuerzo con el “Loco” Juárez. Recuerdo que eliminamos a Salta Central que se había reforzado con varios jugadores. Después decidí retirarme, a los 34 años”. Inmediatamente se sumó al fútbol de Veteranos en el club Los Amigos en Única, para luego pasar, hasta el día de hoy, a Círculo Médico. A la hora del balance, “Pichi” Luján reconoce que el mejor técnico que tuvo en su carrera fue Carlos “Calludo” Cazuza, que Julio Jalil fue quien siempre lo guió y el “Bocha” Peralta tiene un gran lugar en su corazón por su cariño y paciencia.

Redacción y producción: Rafael Andrés Bruno.

Fotos: Chasquidigital.com

ALGO PERSONAL
Nombres y apellido: Luis Alberto Luján.
Apodo: “Pichi”.
Fecha de nacimiento: 20 de junio de1964.
Lugar: Capital, Catamarca.
Padres: Pedro Nicolás Luján y Ramona Cristina González.
Hermanos: 12.
Estado civil: Soltero.
Trabajos: Vialidad Provincial, Obras Sanitarias.
Hincha: Unión, desde niño, San Lorenzo de Alem y Boca Juniors a nivel nacional.
Ídolo futbolístico: Diego Maradona.
Ídolo local: Ramón “Chichilo” Naranjo.
Comida preferida: Milanesa.
Su amiga y enemiga: La noche.

Fuente: El Esquiú.com

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