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Lula: “Es una estupidez. No es posible tener en Brasil un presidente que provoque a la Argentina”

“Es una estupidez” provocar a la Argentina, declaró hoy el ex presidente Lula da Silva en una conferencia de prensa en Río de Janeiro. Y agregó: “No es posible tener, en Brasil, un presidente que provoque a la Argentina todos los días. Argentina es nuestro principal socio comercial y es una estupidez de quien gobierna (la provocación)” insistió. Su crítica estaba dirigida directamente a su principal contendiente, Jair Bolsonaro. Es usual que el jefe de Estado se refiera en términos peyorativos al país, que no solo es un aliado clave en el Mercosur desde el punto de vista económico sino también en el contexto sudamericano. 

Candidato a la presidencia de Brasil por aquello que sería su tercer período, el líder de la Coalición de la Esperanza explicó que “América del Sur entera quiere que yo gane en  Brasil, para ver si conseguimos coordinar otra vez una institución multilateral como la Unasur e intentar de ese modo la discusión de proyectos de desarrollo de toda la región”. Admitió que la política regional hay que retomarla, pero el proceso de recuperación “será arduo. Hay un montón de cosas que fueron desmontadas”.

El ex mandatario recuerda siempre la visita que le hizo Alberto Fernández cuando él estaba preso en Curitiba. En aquel momento AF estaba en medio de la campaña electoral y Lula temió que el hecho impactara en el prestigio del entonces postulante a la Casa Rosada. “No vengas, puede perjudicarte” le dijo el líder petista. Desde luego, Alberto rechazó esa recomendación y se hizo presente en la sede de la Policía Federal en la capital del estado de Paraná. Allí pudo intercambiar opiniones con el dirigente brasileño que “jamás olvidará” el gesto.

Lula da Silva, y su ex canciller Celso Amorim, reiteraron estos días la apuesta que Brasil tendría, bajo su eventual gobierno, de reforzar el Mercosur. Está decidido también a rescatar el Mercosur y darle, así, una buena dosis de energía. Desde que Bolsonaro asumió como jefe del Palacio del Planalto, la fuerza del bloque sureño fue  en progresiva disminución, al punto de quedar prácticamente paralizado. 

La única iniciativa que se destacó en los últimos cuatro años fue el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea suscripto cuando aún era presidente de la Argentina Mauricio Macri, anunciado en el contexto de una cumbre del G20, en diciembre de 2018. Pero esa alianza no llegó a efectivizarse por las resistencias europeas a avanzar en un acuerdo que estaría teñido por la creciente fragilización del Amazonas, y su impacto climático mundial, El presidente brasileño hizo caso omiso de las advertencias de la UE.

Según lo expresó públicamente, Lula está dispuesto a cortar de inmediato la destrucción de la selva amazónica, uno de los últimos pulmones del mundo. Su voluntad es rearmar toda la infraestructura de seguridad que existía antes en la región para cohibir todas las actividades delictivas: desde los incendios forestales y las apropiaciones ilegales de tierra fiscales, hasta las actividades clandestinas de búsqueda y explotación de oro, que lanzan enormes cantidades de mercurio (venenoso en extremo) en los ríos que cruzan la región (de 5 millones de kilómetros cuadrados).

Como también afirma el candidato de la Coalición de la Esperanza, su objetivo es frenar la destrucción para luego buscar por todos los medios la regeneración de las zonas selváticas devastadas. “Somos conscientes de la gravedad de los cambios climáticos” subraya en todos sus discursos. 

En los medios políticos, sociales y hasta dentro del propio establishment, se interrogan sobre cuáles serían los instrumentos a disposición de un futuro presidente brasileño comprometido con la preservación del medio ambiente. El ex dirigente sindical y ex presidente brasileño ha mostrado algunas de la cartas con las que cuenta. “Vamos a volver a crear el Consejo de Desarrollo Económico y Social. Quiero 100 personas allí: grandes empresarios, pero también pequeños y medianos. Quiero banqueros y bancarios (por los trabajadores). Todo esto para discutir las políticas públicas”. Y adicionó, a esto, su visión de cuál debería ser la misión de ese Consejo. Entre sus funciones estaría la de “discutir las políticas públicas a trazar y aplicar” como también “la confección de un presupuesto participativo que contraponernos al presupuesto secreto (montado por Bolsonaro)”.