Este viernes 8 de noviembre llega a los cines españolas ‘Ventajas de viajar en tren’. La ópera prima de Aritz Moreno ya se exhibió en el pasado Festival de Sitges, dejando muy buenas sensaciones a aquellos que tuvieron la oportunidad de ver esta adaptación de la novela de Antonio Orejudo. Una propuesta inclasificable que siempre parece ir dos pasos por delante del espectador.

La propia película se está vendiendo bajo el lema de ‘La verosimilitud está sobrevalorada’, una afirmación pocas más cierta que en el caso de ‘Ventajas de viajar en tren’. En ella se cuentan varias historias que podrían ser o no ciertas y que tal vez estén entrelazadas, cambiándose además constantemente tanto de tono como de género. Esta combinación da pie una obra muy estimulante que sabe cómo jugar con la escatología sin caer en los errores habituales de la misma.

Una muñeca rusa cinematográfica

Es imposible dar una descripción acertada de ‘Ventajas de viajar en tren’ en pocas palabras sin que parezca que uno se ha vuelto loco mezclando cosas que parece que no cuadran entre sí, y es que además lo hace sin dar la sensación de estar buscando un equilibrio entre temas que difícilmente podían ser más dispares entre sí, sino con un atrevimiento pocas veces visto en una producción española.

Ya desde el arranque, que gira alrededor del encuentro entre dos personajes que viajan en tren tras pasar por un psiquiátrico por motivos muy diferentes, uno tiene claro que ‘Ventajas de viajar en tren’ va a ser muchas cosas, pero convencional no es una de ellas. El propio detalle del psiquiátrico ya es una pista de lo que nos espera, pero la película va empezando a mostrar sus capas con una sucesión de historias delirantes en las que hay hueco para infinidad de sorpresas.

Lo primero que hay que tener claro que mi compañero John Tones describió muy bien como un viaje a los abismos de la mente es que nos vamos a divertir, nos vamos a divertir mucho. Sería fácil pensar en la película como una sucesión de golpes de efecto más o menos afortunados, pero en todo momento queda claro que hay una idea detrás de los aparentes disparates que suceden ante nuestros ojos.

‘Ventajas de viajar en tren’ apunta en la mayoría de las veces hacia la comedia, pero también hay ocasión para dejarnos la sangre helada. Su radiografía de los diferentes trastornos que sufren sus personajes se convierte también en un thriller de lo más inusual, no tanto para despistar al espectador -que también- como para dar más profundidad a unos personajes que fácilmente podrían haber sido una caricatura sin entidad.

Chocante

Ahí el acertado casting ayuda muchísimo a que uno nunca se salga de la película, ni siquiera en aquellos momentos en los que quizá fuerza un poco la maquina de más y parece que la única forma de asumir los hechos es viéndolo como un absoluto disparate. Ese es el punto de no retorno en la relación de cada espectador con la película, ya que uno puede confiar en que esa multitud de callejones sin salida lleven alguna parte, tomárselo todo a cachondeo o simplemente desconectar.

No puedo culpar a los que se vean sobrepasados y opten por alguna de las dos últimas opciones, pero el escurridizo planteamiento de ‘Ventajas de viajar en tren’ va orientado en todo momento a la primera, incluso cuando parece que simplemente se ha salido la cosa de madre. Y es que sí, Moreno no tiene problema en llevar al límite a sus personajes, a veces partiendo de simpáticas ocurrencias como la confusión entre el porno y el amor de uno de sus personajes, pero también anulando literalmente la personalidad de uno de ellos en beneficio de los deseos colindantes con la zoofilía de su pareja.

De esta forma, la sorpresa es constante, aunque a veces sea a costa de anular lo que acabamos de ver apenas unos instantes antes. La primera vez que sucede algo así uno puede reaccionar con incredulidad, pero llega un punto en el que el propio concepto de la película requiere inevitablemente de este tipo de soluciones. Y es que uno puede que se ría mucho, pero en todo momento sobrevuela un halo de pesimismo que lleva a otro nivel los numerosos contrastes que presenta ‘Ventajas de viajar en tren’.

Sin duda, gran parte de ello viene de la novela original, pero el guion firmado por Javier Gullón podría haberse perdido en una sucesión de vida cruzadas atrapada en una red de mentiras pero a la hora de la verdad muestra una claridad de ideas envidiable que permita que todo fluya mucho mejor de lo que sobre el papel tiene derecho a conseguir algo así.

Por su parte, Moreno abraza el arrojo de la historia para sumergirse en una propuesta compleja, siempre dispuesto a adentrarse en los detalles más oscuros pero sin subrayarlos más de lo necesario. Visualmente tiene el respaldo necesario en la notable fotografía de Javier Agirre Erauso, muy diferente a la de ‘La trinchera infinita’ pero igual de fascinante y muy bien adaptada a la naturaleza cambiante de la película.

En resumidas cuentas

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La entrega del reparto, donde no se muestra miedo alguno a hacer suyos los elementos más llamativos de la psique de sus personajes y mostrarlo en ella sin miedo al ridículo, es la guinda necesaria para una ópera prima que deja muy claro que tenemos que seguir muy de cerca a su director. Es muy difícil encontrar una película como ésta, y no solamente dentro del cine español, pero que además sepa manejar tan bien unos ingredientes kamikazes es todavía más complicado.